
Milán (AFP). Sillas que absorben el ruido, una biblioteca de una sola pieza de mármol, mesas que son fuentes de luz, instalaciones y representaciones, son algunas de las novedades del Salón del Mueble de Milán (Italia).
La vitrina de la tecnología y el diseño, que finaliza mañana, y a la que asisten unos 2.000 expositores de los cuales el 30 por ciento son extranjeros, es una cita obligada para el mundo de la moda, el diseño, la decoración y la arquitectura.
Allí, se reúnen grandes firmas del sector como Philippe Starck, Patricia Urquiola, Tokujin Yoshioka, sin mencionar los talentos emergentes invitados al Salón Satélite. Para esta edición (la 56), la idea ha sido combinar la elegancia contemporánea con artesanía y la experiencia con innovación tecnológica.
Fotos: AFP
Además de exposiciones, charlas y espectáculos, el evento propone objetos únicos, entre ellos, las mesitas de Fountain Glass firmadas por el diseñador japonés Yoshioka, quien se inspira en la técnica veneciana del vidrio. A este se suma el aclamado artista y diseñador israelí Arik Levy, que presenta con la firma Citco su Mineral Structures, una librería que es, a la vez, una obra de arte.
Otra novedad es el regreso de los años 50 con la silla Aleta, diseñada por el español Jaime Hayon, quien lleva a esta nueva creación la aleta de un tiburón. La muestra también tiene al diseñador Randolf Schott, quien creó para Thonet unas mesas largas de comedor de 2,52 metros de madera y acero, con una línea tan sobria que podría adaptarse a monasterios y conventos.
Por su parte, fiel a su estilo original, el italiano Ferruccio Laviani, desmembró para la firma Fratelli Boffi muebles clásicos, consolas y sillones; incluso, los perfora o los secciona con plexiglás fluorescente, además de ensamblar modelos y estilos diferentes.
Adicional a los muebles, el salón dedica espacio a la iluminación (Euroluce), así como a los llamados “complementos de decoración”, alfombras, jarrones, toallas, etc. “Algunos dicen que la capital del diseño está por pasar a otra ciudad. No es verdad, Milán es Milán y los mejores editores, diseñadores y distribuidores están aquí”, dijo el diseñador francés Philippe Starck.