Poncho nos recibió, por casualidad, en el ascensor que lleva a su apartamento de 100 metros cuadrados, al abrirse la puerta es un lugar que emana cada pensamiento del periodista.
Lo primero que nos da la bienvenida es un afiche enmarcado de Marilyn Monroe. En la casa de 'Poncho' hay pocos cuadros, le gusta colgar los afiches de promoción de las películas de cine, un gusto que se puede ver reflejado en varios lugares de la casa, incluso muchos de ellos reposan en el suelo, brindando así un toque único a los espacios.
Un lugar de profesión
Su apartamento se limita a una sala y un estudio, porque lo importante para él, es tener “una alcoba muy pequeña y una amplia zona social”, y es más que cierto, allí Rentería hace radio, televisión y escribe para medios impresos; para esto tiene todo lo necesario para informarse al alcance de su escritorio, como computador, libros, periódicos, revistas, radio y televisor. “También este espacio funciona como bar – restaurante”, asegura Poncho.
Allí las tonalidades ocres, los colores cálidos, la madera natural, innumerables libros, revistas, licor y una bella silla de barbería, engalanan un espacio que derrocha literatura, arte y mucha personalidad.
En la decoración se puede ver la verdadera esencia de Poncho Rentería, un hombre que odia los lujos, amante de la naturaleza y que lee mucho sobre política, historia y de “vidas interesantes de mujeres con tormentosa biografía”.
Poncho comparte su espacio con dos mujeres, su “novia-esposa” como define a Lula Arango y Lucecita Chacón que trabaja con él hace 28 años y es parte de su familia.
Según Lula “es fácil convivir con Poncho, el tiene sus dominios organizados, lo disfruto mucho”, y es cierto en cada palabra, por su hogar se puede ver que es una persona firme y sin engreimiento alguno.
Un lugar desarmado
El comedor es un extensible que se amplia de 4 a 6 puestos de ser necesario y está en un rincón, por lo que considera que su casa no tiene comedor.
Aunque Poncho vive en un exclusivo sector de Bogotá, no es un hombre rico y opulento, por el contrarío es la antípoda a la lógica que cualquier lector y hasta nosotros mismos esperaríamos del lugar. Rentería cuenta que vive en este terreno desde hace 30 años “cuando era barato y ecológico, ahora es carísimo y salvaje”.
Describe el sector en el que vive como “un barrio en amarga decadencia donde zumban los rascacielos, porque los ricos que son ecologistas teóricos, de boquilla, a la hora del billete desconocen toda norma ecológica.”
Imágenes más que palabras
Las fotos aquí además de ser decorativas, demuestran la personalidad desparpajada y sencilla de Poncho.
Hay muchas fotografías en el estudio, entre las que se destacan: una en la que tenía cinco años de edad y está de la mano con su padre en Popayan, las de Margarita Rosa de Francisco y Amparo Grisales en una imagen a blanco y negro cuando protagonizaron Los pecados de Inés de Hinojosa, y otras con su gran amigo de hace 38 años, el actor Salvo Bacile, del que dice “el tiene las llaves de esta casa”. Además de varias que define como “fotografías con amigas divorciadas mayores de 48 años”.
Saliendo del apartamento nos despide el mensaje pegado en el respaldo de la puerta que le recuerda a diariamente a Poncho los objetos con los que debe salir: “Gafas, llaves, celular y billetera”.
Mauricio Riaño - Redacción / Laura Guana - Edición / Alfonso Gutiérrez - Fotografía
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